En el caos de las redes, donde la información se escapa entre filtros y el odio se disfraza de meme, ejercer el periodismo con ética es más difícil, pero también más necesario que nunca. Ya no basta con ser “objetivos”. Ni siquiera con ser veraces. Lo que está en juego es el sentido mismo de la profesión: ¿para qué y para quién informamos?

Este decálogo nace como una guía de supervivencia para medios nativos en redes sociales que no quieren limitarse a acumular likes, sino provocar pensamiento, tejer comunidad y ejercer responsabilidad. Porque informar en plataformas diseñadas para la distracción requiere nuevas formas de rigor, nuevas maneras de cuidar.

Aquí no encontrarás tecnicismos ni promesas vacías. Lo que sigue es un manifiesto práctico, incómodo y radicalmente comprometido con el derecho a una información libre de estigmas, sesgos y estrategias de manipulación. No es una lista de deberes: es una declaración de intenciones. Una brújula ética para quienes aún creen que el periodismo puede (y debe) incomodar al poder, amplificar las voces del margen y generar transformación.

1. Verdad con contexto, no con atajos
   Publicar un dato sin explicar de dónde viene es como lanzar una piedra y esconder la mano. No basta con ser “correctos”: hay que ser honestos. Cada pieza informativa debe ofrecer contexto, fuentes y un porqué. ¿De qué sirve decir que aumentó la criminalidad si no explicamos a quién afecta, cómo se mide o qué sesgos hay detrás? El periodismo sin contexto es propaganda maquillada de urgencia.
2. El género no es decorado: es estructura
   No se trata de “incluir mujeres” en una nota, sino de cambiar la mirada desde donde se cuenta el mundo. ¿Quién habla? ¿Quién es representada solo como víctima o solo como cuerpo? El medio debe revisar sistemáticamente sus fuentes, imágenes y enfoques para romper con el sesgo cisheteropatriarcal que atraviesa la información. Se mide, se corrige y se cambia. La perspectiva de género no es una opción: es una responsabilidad.
3. El odio no tiene cabida ni como clickbait
   No se comparte contenido que humille, estigmatice o reproduzca discursos de odio, aunque venga disfrazado de “broma”, “libertad de opinión” o “simple meme”. El algoritmo premia lo tóxico. El periodismo ético lo confronta. Se crea un protocolo de moderación que detecte y elimine ese tipo de publicaciones, y se forma al equipo para reconocer las formas más sutiles de violencia simbólica.
4. La audiencia no es cliente: es comunidad
   No buscamos consumidores pasivos, sino cómplices activos. Escuchamos, respondemos, damos espacio a voces disidentes. Los comentarios no son decorado: son parte del tejido social. Se abren espacios de diálogo cuidados, con normas claras de convivencia y mecanismos para denunciar abusos. Porque la comunidad no se construye con seguidores, sino con relaciones.
5. No se monetiza la ansiedad
   Evitamos titulares sensacionalistas, falsas alertas o contenido diseñado solo para generar alarma. No usamos el miedo como gancho ni la tragedia como espectáculo. Informar con responsabilidad también es cuidar el equilibrio emocional de quien lee. Se establecen filtros internos que evalúan el impacto emocional de los contenidos antes de publicarlos.
6. Verificar no es opcional: es principio fundacional
   Toda pieza se contrasta antes de publicarse. Se utilizan herramientas como InVID, Full Fact AI, Hive Moderation, pero sobre todo: se activa el pensamiento crítico. Se analiza no solo si algo es verdadero, sino a quién beneficia esa “verdad” y a quién perjudica. El medio educa en verificación enseñando a su comunidad cómo detectar manipulación, sin tecnicismos.
7. Transparencia radical
   Se publican de forma accesible las fuentes de financiación, los acuerdos comerciales, las decisiones editoriales clave. ¿Hay un patrocinador detrás? Se dice. ¿Hay conflictos de interés? Se explican. ¿Hay errores? Se reconocen y se corrigen públicamente. Lo contrario no es profesionalismo: es opacidad.
8. Tecnología con ética
   La inteligencia artificial es una herramienta, no una editorial. Si se usa IA para crear, editar o mejorar contenido, se informa claramente a la audiencia. No se utiliza para suplantar voces, fabricar imágenes ni manipular emociones. Toda implementación tecnológica pasa por un filtro ético antes de llegar a la comunidad.
9. Cuidar a quien cuida
   Los equipos también sienten. Por eso se garantiza un entorno laboral respetuoso, humano, flexible. Se promueven tiempos de descanso reales, espacios de cuidado emocional y protocolos contra el burnout. El bienestar del equipo es parte de la calidad periodística. Sin eso, no hay medio, hay explotación.
10. No educamos: provocamos pensamiento
    El objetivo no es tener razón, sino encender preguntas. Se apuesta por narrativas que incomoden, que rompan con la lógica del adoctrinamiento o la moralina. No damos respuestas cerradas: abrimos grietas. Porque el periodismo más potente no es el que tranquiliza, sino el que sacude.

Referencias 

• Free Press Unlimited & Global Forum for Media Development. (2022). Gender balance guidebook: Tactics, tools and strategies for building gender-ethical journalism (Versión final en español). https://gfmd.info/

DECÁLOGO ÉTICO:

1. Responsabilidad ética del medio. Maracuyá EdSex denunciará mentiras, engaños y falsas informaciones, a la par que garantizará la veracidad del contenido compartido, que deberá ser contrastado y provenir siempre de fuentes oficiales (que serán indicadas, pero también protegidas en los casos pertinentes y/o solicitados). Tampoco se emplearán estrategias sensacionalistas para atraer a la audiencia. Además, como regla general, no se utilizará Inteligencia Artificial, pues este medio defiende la creación de contenido original y de autoría propia; si bien, en el caso puntual de que sí se utilizase, será obligatorio señalarlo.

2. Objetividad informativa y autonomía editorial. El medio se alejará de cualquier tipo de polarización política e ideológica. La lealtad del ejercicio periodístico es para con los ciudadanos, a los que se debe informar objetivamente, sin parcialidades. Así, pues, también se promoverá, de forma activa y pública, la alfabetización mediática de los usuarios.

3. Tolerancia cero frente a los discursos de odio. Maracuyá EdSex será un espacio seguro. Para ello, se aplicarán medidas estrictas (que se declararán de forma pública) contra el lenguaje y/o actos ofensivos, despectivos, discriminativos y agresivos. Cualquier comportamiento o interacción que infrinja estos principios será eliminado y denunciado a la plataforma mediadora; en usuarios reincidentes graves, se valorará trasladar el caso al sistema judicial español.

4. Perspectiva de género. Maracuyá EdSex es un medio especializado en sexualidad, por lo que la perspectiva de género, feminismos y apoyo al colectivo LGTBQ+ son máximas esenciales en la construcción de la identidad del medio y, como tal, ocuparán un espacio central en el mismo. Además, se hará uso de un lenguaje inclusivo y respetuoso, y se tendrá un cuidado especial con el tratamiento de temáticas sensibles, advirtiendo del contenido con anterioridad para evitar el perjuicio a audiencias vulnerables.

5. Adecuación del contenido. El público objetivo del medio son los jóvenes y, aunque cualquier persona podrá consumir el contenido (ya que se abordará la sexualidad en general y todo usuario se podrá beneficiar de la información compartida), será primordial ajustar el tono y enfoque del contenido discutido a la edad de estos. Por tanto, se evitará el uso de imágenes hipersexualizadas y, cuando se aborden temas más explícitos, se hará siempre con fines educativos y partiendo de teorías científicas que promuevan una sexualidad positiva, preventiva, integral y despatologizada.

6. Salud mental. El equipo de redactores estará compuesto, en su mayoría, por psicólogos. Estos, si bien especializados en sexualidad, son profesionales de la salud, por lo que esta cuestión constituirá un pilar fundamental tanto del contenido producido como de las interacciones con los usuarios y entre los mismos miembros. Así, se fomentará una cultura del cuidado, incluida una evaluación trimestral del clima laboral y el acceso a asesoramiento psicológico profesional para los trabajadores. También se compartirán estos canales con la audiencia, rompiendo con el estigma que rodea la salud mental y sus problemas relativos.

7. Respeto al derecho de los ciudadanos a su intimidad, honor e imagen. El periodismo debe ser informativo, no invasivo. Es importante, por tanto, encontrar el equilibrio entre comunicar y no transgredir los derechos individuales de la ciudadanía y las personas y entidades colaboradoras, sobre todo de quienes compartan experiencias más vulnerables alineadas con la temática del medio. Se definirá, por tanto, una política de protección de datos y de privacidad, que incluirá, entre otros: tipo de datos recopilados y finalidad (que deberá ser consentido por los usuarios y colaboradores previamente), confidencialidad de dichos datos, advertencias de medidas particulares de las plataformas donde opere Maracuyá EdSex (por el momento, Instagram y Substack), especificaciones concretas para menores de edad… Y, si se decidiera modificar dicha política en algún momento, habrá de ser compartido públicamente y con antelación para que los usuarios se reserven el derecho de aceptar o no los cambios.

8. Dignificación laboral. Se establecerán protocolos públicos y detallados de supervisión laboral basados en el respeto, la equidad y el cuidado de la salud mental, garantizando condiciones laborales (contrato, autoría, horarios…) y salariales dignas. También se incluirán canales de denuncia de comportamientos que no cumplan con los principios mencionados, pues Maracuyá EdSex no solo será un espacio seguro para usuarios, sino también para los profesionales y colaboradores que trabajen en el medio.

9. Pluralismo y transparencia mediática. Se compartirán los datos relativos al modelo de negocio y de financiación, incluida la colaboración con otros medios oficiales, así como con profesionales y particulares. Además, estas conexiones serán fomentadas de cara a proteger la democracia informativa y la diversidad de perspectivas y voces, si bien ambas partes habrán de respetar en todo momento los puntos señalados con anterioridad. Lo mismo ocurrirá con las colaboraciones publicitarias, que serán indicadas de manera específica y, además, deberán estar alineadas con los pilares y objetivos del medio.

10. Responsabilidad laboral. Maracuyá EdSex realizará revisiones continuas de sus prácticas éticas y editoriales, escuchando de forma activa aquellas críticas fundamentadas y constructivas, así como admitiendo y corrigiendo públicamente los posibles errores cometidos. Para ello, se creará un comité ético interno encargado de estas cuestiones y se habilitará un mecanismo de participación de los usuarios en el que podrán indicar opiniones y valoraciones sobre el desempeño del medio. Asimismo, una vez al año se contratará un asesor externo que realizará una evaluación y emitirá un informe con los aspectos a mejorar, incluyendo aquellos trasladados por los otros dos mencionados.